A primera vista las sensaciones que nos producen la imagen del mendigo y la de Jhonny Deep en su papel de pirata -yo diría de antipirata- del siglo XXI parecen no encontrar un punto de convergencia, pero si les dedicamos una mirada más atenta, veremos, tanto en el personaje del Pirata como en el del Mendigo, la figura romántica del ser libre al margen de las convenciones sociales.
Como venimos comentado estos días, ambos personajes -piratas y mendigos- son fruto del mismo sentimiento: el rechazo hacia las normas establecidas, la afirmación de la libertad, la supremacía moral del hombre que vive en contra de una sociedad forjada sobre falsos preceptos. La falta aparente de esta supremacía moral es la que convierte al capitán Jack Sparrow en un antihéroe del antihéroe romántico. Sí, lo habéis leído bien: un antihéroe del antihéroe. El héroe romántico constituye un antihéroe del héroe clásico, puesto que deja de ser un personaje de linaje noble. Su nobleza es moral, y viene determinada precisamente por su marginalidad, que le otorga libertad para luchar contra las injusticias que gobiernan la sociedad y sus estructuras abusivas. El protagonista de Piratas del Caribe rompe las propias convenciones que caracterizan al pirata: no posee barco, su sexualidad es ambigua, su honestidad discutible, sus métodos en ocasiones destilan cobardía, su brújula está desorientada...
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Para qué un superhéroe si tenemos antihéroes, en el blog Parafrasear lo cultural. Reflexión de Samanta Palacios, estudiante de periodismo, sobre la figura de Jack Sparrow como antihéroe. Fijaos en las palabras de Sparrow que cita para concluir su artículo. ¿Encontráis alguna de las figuras que hemos trabajado en clase?
¡Nos vemos en clase...!
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